Están formados por imágenes gráficas y relatos literarios que se complementan entre sí. Ofrecen placer, entretenimiento y una experiencia creativa al lector, desarrollando su capacidad de crítica y percepción para interpretar lo que el ilustrador quiere contar.
Este tipo de libro debe presentar una imagen muy cuidada, no sólo en cuanto a la calidad de las ilustraciones, sino también en cuanto al aspecto estético del conjunto del libro. Su estilo y técnica debe estar destinado a cautivar no sólo a los más pequeños. Ejemplo: Macbeth de William Shakespeare.
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